Esta semana en una visita y entrega de condolencias a carabineros, me vuelvo a sorprender y me da rabia, una realidad que se esconde tras brillantes pasillos, y respetuosos saludos de gallardos efectivos. Todos queremos mayor seguridad para nuestros hijos, nuestras familias, nuestros barrios, sin embargo, la falta de recursos que se empeñan en ocultar con dignidad en Carabineros es tan grande, que los uniformados con plata de sus bolsillos, dejan de llevar el dinero a sus casas, para reparar vehículos institucionales, y como muchos necesitan reparaciones mayores, aun sin financiamiento, no hay unidades en algunas áreas, y se deben sacar carros de otras localidades para apoyar donde hace falta, quedando los sectores más vulnerables a merced de los delincuentes.

Desde el año pasado, el gobierno regional les prometió recursos que nunca fueron entregados, se habla de la llegada institucional de 52 nuevas unidades, pero no se dice cuando, ni a donde, o si estas serán carros blindados, o patrullas. Peor aún, es la situación de infraestructura, donde la pintura ya no puede ocultar lo que pasa en algunos retenes y cuarteles, los que sobreviven sin mantenciones estructurales hasta nuevo aviso.

Y ante esto me pregunto: ¿Como nos van a proteger de la violencia rural, como van a cuidar nuestras vidas, si ellos, obligados, arriesgar las suyas sin contar con los medios adecuados?, por ello, al Ministerio del Interior y Seguridad Publica, ante el Gobierno Regional, desde la Cámara de Diputadas y Diputados oficiaremos, denunciaremos, y lo seguiremos haciendo hasta que esto cambie y en la Araucanía, nuestros carabineros, los de vocación, de ideales patrióticos, los que velan con sacrificio nuestro sueño, puedan llegar al siglo 21, con los adelantos que con justa razón necesitan.