El proyecto de Diseño y Construcción Obras Lacustres fue ingresado por el Municipio al Gobierno Regional para la obtención de la Recomendación Social (RS) y así darle continuidad y proyección a la Costanera de Villarrica, todo lo cual costaría más de 7 mil millones de pesos.
El diseño, elaborado por la empresa consultora Almare Ingeniería, mandatada por la Dirección de Obras Portuarias del Ministerio de Obras Públicas, fue consensuado con la comunidad, haciéndose para ello reuniones de participación ciudadana para llegar a un anticipo de lo que será una vía exclusivamente peatonal en el borde lago Villarrica.
“Es un proyecto que se trabajó en conjunto con la Dirección de Obras Portuarias y con la comunidad y que hace tres semanas ingresó al Gobierno Regional para su análisis de pre admisibilidad, para poder gestionar los recursos y la obtención del “RS” que permita la ejecución de este anhelado proyecto que se enmarca en los 7 mil 500 millones de pesos”, destacó el Secretario Comunal de Planificación de la Municipalidad de Villarrica, Cristian Vergara.
Según el estudio final del diseño, la ribera lacustre del lado norte de Villarrica, específicamente referida al tramo entre el puente Leufu-Lafquen y el término de la actual Costanera, en el encuentro con calle Urrutia, ha sido un sector poco intervenido, con escasa infraestructura y en estado de precariedad además de un borde casi rural. A raíz de ello, se pretende un paseo de borde costero seguro y universal, manteniendo los usos actuales de los diversos sectores.
“Estamos en la última etapa, porque ya se hicieron todas las consultas ciudadanas. Ahora, solo falta el apoyo del Gobierno Regional para poder obtener los recursos para que esto se haga realidad en el corto plazo”, detalló el impulsor de esta iniciativa, el alcalde Germán Vergara.
El diseño busca generar un recorrido universal de borde, en todo el sector de la ribera norte de Villarrica, dando continuidad a la Costanera, manteniendo las áreas de playa intactas, junto a la infraestructura existente (como Embarcadero Municipal y Muelle Fiscal O’Higgins). El proyecto persigue mantener la identidad de los tramos que componen el borde, acentuando la espacialidad de lo público adecuada a cada sector, creando un sentido de unidad. También el diseño busca realzar los hitos propios y relevantes de cada lugar, mediante la generación de nuevos hitos, como miradores, accesos, zonas de estar, señalética informativa, propuesta escultórica, iluminación y equipamiento urbano; entre otros.
El diseño pretende integrar el paseo de borde con la trama urbana, mediante plazas que harían de espacio intermedio entre lo “urbano” y el “paseo”, generando accesos transversales al final de la proyección de calles existentes, como Camilo Henríquez, Anfión Muñoz, Matta y Andrés Bello; a lo que se agrega una gran plaza de término, como remate del paseo, al final de calle Balmaceda, aprovechando el talud existente y consolidado en el sector. Allí se aprovecharía un juego de gradas de escalera que se convertirían, a cada tanto, en bancas para observar el inicio del Río Toltén.
El paseo pasará por el frente de las casas de los boteros, logrando una situación especial similar al paseo Atkinson en Valparaíso, donde conviven espacios público y privado de las viviendas, proyectando una rampa en reemplazo de las dos entradas al río que hoy tienen los boteros, para así entregar una infraestructura apropiada para las tradicionales familias que realizan el arriendo de botes para la pesca deportiva.
El proyecto de ampliación peatonal de la Costanera en Villarrica también contempla paisajismo, conservando la vegetación existente, puesto que se considera el uso exclusivo de especies nativas de alto valor cultural y ecológico, que –de paso- favorezcan la nidificación de aves y atracción de polinizadores. Además, los taludes proyectados para comunicar el recorrido principal con las zonas de playa, proyectan el mismo césped existente en ellas, el cual será sembrado por un sistema de hidrosiembra. La intención, según el informe final, es generar una imagen de algo tan natural como lo existente, utilizando plantas rastreras para cubrir los muros de contención en los sectores en que no sea posible realizar taludes.
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